Hace unos meses una pareja de origen oriental, apreciada por todo el barrio en el que vivían por su simpatía, cierran un negocio que funcionaba perfectamente y desaparecen. Algo que me pareció muy extraño. Poco después, llego a mi la terrible noticia de que habían vendido el negocio, abandonado el país y regresado a su lugar de origen, porque su hijo sufría bullying en la escuela.
El Bullying o acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre chicos y chicas de la misma escuela de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula, en el patio de los centros escolares o en el autobus escolar.
Indagando en el tema y profesionalmente preocupada, como educadora, no entendía como había ocurrido esto y como había evolucionado hasta el punto de no tener remedio y que esa familia tuviese que cerrar un negocio fructífero, volviendo a su país y dejando todo lo que tenían aquí. Me quedé perpleja al conocer que los motivos fueron que los compañeros se reían de él, al parecer por no hablar bien el idioma. Lo que me sorprendió más aún, fue saber, que el profesor de este chico también se había reído de él, en vez de ayudar a los demás compañeros a comprender que este chico tiene una cultura e idioma diferente, y a descubrir lo atractivo de ello, lo que los demás pueden encontrar interesante en su cultura.
Para mi, como educadora, esta falta de profesionalidad es una ofensa, más que nada porque esta persona, a quien no podemos llamar educador, ha contribuido a marcar, no solo la vida de un niño, sino la de una familia al completo. Parece mentira que hoy por hoy, en esta época tengamos que encontrar este tipo de casos.
Un buen profesional de la educación, por ejemplo en una localidad donde abundan niños de diferentes países, puede organizar un día internacional, en el cual cada niño o niña lleve algo típico de su país, una comida o una historia, una canción... una excusa para contar algo interesante que despierte el interés de los demás por su cultura. Esta fiesta puede convertirse, si el educador es profesional, en una atractiva muestra del enriquecimiento que puede traer la multiculturalidad en el aula. Yo recomiendo este tipo de prácticas en las escuelas con alumnos de diferentes procedencias. Se trata de hacer ante los compañeros, crecer el interés por la diversidad, ya que con las diferencias se da un intercambio de conocimiento, pues es muy interesante que seamos diferentes. Pero nunca contribuir a esto. Se me ocurren muchas ideas para evitar el crecimiento de las diferencias.
Si las burlas son porque el alumno no habla bien el idioma, pues se puede hacer interesante su idioma intentando que los compañeros aprendan algunas palabras de su idioma y que a su vez los demás le ayuden a el, favorecer el intercambio, para que casi jugando se olviden de las risas y las burlas.
Se pueden organizar todo tipo de juegos en los que se adopten diferentes roles para superar estas diferencias. Fomentando siempre la integración de culturas, la implantación de juegos educativos donde se fomenta la amistad, la generosidad y el respeto. Otra posibilidad son las dinámicas para reflexionar sobre la igualdad, evitar la discriminación y la comprensión social.
En el caso de diversidad de religiones, se puede explicar la historia de cada religión, para que entiendan que al fin y al cabo, contadas de diferente manera, todas las religiones son muy parecidas. La idea de ver como celebra su fiesta cada religión también puede ser muy curioso para los chicos y chicas. Cada caso es diferente, se trata de descubrir que les puede resultar interesante y trabajarlo.
En el caso de diversidad de religiones, se puede explicar la historia de cada religión, para que entiendan que al fin y al cabo, contadas de diferente manera, todas las religiones son muy parecidas. La idea de ver como celebra su fiesta cada religión también puede ser muy curioso para los chicos y chicas. Cada caso es diferente, se trata de descubrir que les puede resultar interesante y trabajarlo.
Si este educador, además de no permitir las burlas, hubiese hecho por trasmitir una educación multicultural, no hubiese marcado el futuro de esta familia. Desde aquí, comenzando este nuevo blog, ante la impotencia que sufro con este caso, denuncio lo ocurrido y deseo transmitir, lo importante que es, que desde nuestro lado como educadores, no dejemos de lado las cosas que pensamos que no tienen importancia, luchando porque entre nuestros chicos y chicas, no haya burlas, intentando mostrar que en la diversidad es buena, ya que unos sean más listos que otros, unos más gordos o más delgados, rubios, morenos o pelirrojos, de un país o de otro. El que no nos demos cuenta de lo que ocurre, en ocasiones puede condicionar toda una vida no solo de una persona, sino de una familia. Sabemos que las experiencias que un niño o una niña viva durante una temprana edad, será uno de los agentes que contribuirá a forjar su personalidad, por lo que seamos responsables de lo que ocurre en la escuela, fomentemos una escuela de colores, basada en la multiculturalidad.
El MEC (1992), sugiere que el papel del docente en el ejercicio de estas estrategias ha de basarse en las siguientes cualidades:
- Autenticidad, coincidiendo lo que dice con lo que hace. No tiene sentido ni utilidad pedagógica que un profesor promulgue actitudes antirracistas, si su comportamiento en el aula demuestra que no es capaz de aceptar y trabajar con la diversidad cultural de la misma.
- Competencia para afrontar situaciones conflictivas en el aula. Para ello, es básico que el profesor se forme previamente en las estrategias de regulación de los conflictos. Conocer y llevar a cabo actividades sobre negociación, escucha activa, empatía o mediación es imprescindible para lograr un buen clima, no sólo en las relaciones de aula, sino de todo el centro y la comunidad educativa en general.
- Aceptación incondicional de sus propios alumnos, considerándolos, desde un primer momento, como personas dignas de todo respeto y consideración. Ridiculizar o avergonzar a los alumnos desde edades muy tempranas, favorece la aparición de una autoestima deteriorada.
- Comprensión y confianza. Son cualidades muy dependientes de la anterior; el docente deberá ser capaz de comprender el mundo infantil y adolescente y la confianza hacia sus alumnos será la consecuencia más inmediata de este proceso.
- Estímulo recíproco entre alumnos–profesores, en las diferentes y numerosas experiencias didácticas.
- Trabajo cooperativos que favorezcan las relaciones entre diferentes personas, ayudando a eliminar posibles estereotipos previos.
Todo esto supone una modificación de los métodos didácticos, adaptándolos a los tiempos de hoy y no quedándonos el los sistemas antiguos, basados en la mera transmisión de conocimientos, sino centrados en la formación integral de la persona. Para ello es muy importante comenzar a difundir importantes valores desde una temprana edad, como evitar el racismo, implantando tareas de socialización basadas en el respeto.
Reyzábal y Sanz (1995, 31) sugieren que, a la hora de trabajar actividades sobre los contenidos de los temas transversales, es fundamental provocar situaciones en las que el alumno pueda:
– Plantearse y analizar problemas o acontecimientos que entrañen conflictos de valor.
– Debatir libre y racionalmente acerca de ellos, manifestando las propias opiniones y respetando a las personas que tengan otras.
– Confrontar los propios principios con los de los compañeros, los de nuestra cultura con los de otras, los de distintas épocas históricas, los de nuestra religión con otras religiones o con concepciones filosóficas y científicas diversas.
– Saber defender la posición que se considere más justa aun cuando no resulte cómodo.
– Debatir libre y racionalmente acerca de ellos, manifestando las propias opiniones y respetando a las personas que tengan otras.
– Confrontar los propios principios con los de los compañeros, los de nuestra cultura con los de otras, los de distintas épocas históricas, los de nuestra religión con otras religiones o con concepciones filosóficas y científicas diversas.
– Saber defender la posición que se considere más justa aun cuando no resulte cómodo.
Al igual que critico este caso, agradezco su gran labor al gran número de profesionales de la educación que día a día trabajan para que sus alumnos vivan en un entorno tolerante y sin racismo, evitando a toda costa, casos de acoso escolar. Estos profesionales son capaces de dar una respuesta adecuada a las necesidades de sus alumnos y de crear el clima adecuado.
Escribe tus consultas a pedagogíadehoy@gmail.com y tendrás respuesta lo antes posible en este blog. Comparte con nosotros si tienes ideas para evitar el acoso escolar o fomentar la educación multicultural, un artículo interesante que hayas leído, casos que hayas puesto en práctica o ideas que puedan ayudar a otros profesionales que no sepan como reaccionar si encuentran el caso de que un alumno o alumna esta sufriendo un acoso.