El tema de hoy, está centrado en la gran responsabilidad que tienen los profesionales de la educación en la actualidad y de la que en ocasiones, no son conscientes, olvidando desarrollar una serie de cualidades imprescindibles que deben existir.
En la universidad, fui afortunada al ser alumna de Juan Manuel Esteve, gran pedagogo e investigador que en paz descanse, quien me hizo ver, que uno no nace con la capacidad para ser bueno para algo, sino que tu entorno es quien te ayuda a adquirir las habilidades necesarias para que algo se te de mal o se te de bien. En este caso, el profesor exponía como ejemplo, el método a través del cual le habían enseñado matemáticas. Afirmaba ser malo para las matemáticas porque le habían hecho malo para ellas, pues cada vez que se equivocaba, el profesor le daba un golpe con una regla en las manos. Al escuchar esta historia me sentí muy identificada pues, asombrosamente, a pesar de de la diferencia de años y de pertenecer a otra época, yo también tuve una profesora que tenía un desagradable método para enseñar las matemáticas, por lo que soy consciente de que fui mala para ellas desde que aquella señora me intentaba enseñar las tablas de multiplicar. Esta claro que si el profesor presenta de una manera amena el contenido, puede despertar el interés del alumno pero si no lo hace de la manera adecuada, puede ser el culpable del fracaso del alumno.
Hoy en día, los profesores deben ser muy conscientes de que todo acto y toda palabra es muy importante, pues su forma de actuar, no solo tendrá consecuencias en el futuro académico de sus alumnos, sino en el desarrollo de su personalidad. Por lo que el profesor debe ser consciente de la gran responsabilidad que tiene entre sus manos y ser profesional a la hora de tratar a sus alumnos.
Todos hemos encontrado profesores que no saben enseñar y profesores que son muy buenos. Cuando encontramos el primer caso, el problema es más grave de lo que parece. Los tiempos van cambiando y es necesario ir adaptándose a el, evolucionando. Si no sabemos como hacerlo no es un problema, podemos recurrir a expertos y a la formación continúa. Podemos someternos a un sistema de reciclaje formativo para adaptarnos a los nuevos tiempos educativos. Por el contrario, tenderemos a encerrarnos en el prototipo antiguo de profesor que se sienta e imparte un discurso, donde los alumnos no escuchan y no aprenden nada.
Pero no vamos a hablar de los errores de los docentes, sino de las cualidades que no deben faltar en una importante figura educativa. ¿Cuáles son las cualidades principales que debe tener un buen docente?
Un buen docente es responsable. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que si establecemos unas normas dentro del aula, seamos también responsables y seamos un ejemplo para nuestros alumnos. Pongamos un ejemplo, si no permitimos comer chicle en clase, no debemos comer chicle o lo que estamos enseñando es inútil. Es un ejemplo muy simple, pero aplicable a cualquier situación.
Un buen docente es flexible. Con este nos referimos a que no hay que ser estructurado y ceñirse al programa, sin desviarse de lo que tiene planeado para la clase. Si hay que hacer un stop porque algo no es comprendido por los alumnos, se puede improvisar, poner un ejemplo, realizar alguna actividad diferente o hacer partícipes a los alumnos de la explicación.
Un buen docente se preocupa. El buen profesor, se preocupa de que sus alumnos alcancen el éxito, interesándose por sus personalidades y sus intereses, para poder conectar con ellos. Fomentando siempre el trabajo en grupo entre los alumnos y la buena relación entre estos, fomentando valores de igualdad y respeto.
Un buen docente es compasivo. Esto no quiere decir que apruebe a todos los alumnos, sino que entiende que los alumnos tienen problemas e intenta ayudarles a resolverlos.
Un buen docente es cooperativo. Esto quiere decir que un buen profesional de la docencia no trabaja individualmente, sino que trabaja en equipo, en continua cooperación con otros docentes y con los padres de los alumnos.
Un buen docente es creativo. Esto se refiere a que debe tener la capacidad para idear nuevas maneras de atraer la atención de los alumnos y despertar en ellos un interés por lo que se les enseña, haciendo que las clases sean cautivadoras y dinámicas.
Un buen docente es dedicado. En ocasiones, hay que destinar tiempo fuera del horario lectivo ha encontrar nuevos métodos de enseñanza y dinámicas para que los alumnos no se aburran.
Un buen docente es empático. Un buen educador, debe saber ponerse en el lugar de los alumnos y ver las cosas desde su perspectiva. Es un aspecto esencial para ayudarles a alcanzar el éxito.
Un buen docente es decidido. Es decir, que está dispuesto a hacer todo lo posible con tal de alcanzar sus objetivos, si esto implica que sus alumnos reciban la mejor educación posible.
Un buen docente es cautivador. Tener la habilidad de mantener la atención de un aula llena de alumnos y ser capaz de mantenerla es muy difícil, por lo que es necesario que se creen lecciones divertidas, innovadoras y dinámicas, para que los alumnos estén continuamente motivados.
Un buen método de enseñanza logra que un aprendizaje sea permanente y no que el alumno memorice una lección, la escriba en un examen y la olvide posteriormente.
Es obvio que enseñar no es fácil, la tarea de un profesor es muy difícil y es admirable. Pero es necesario evolucionar continuamente en los métodos didácticos adaptándolos a los tiempos de hoy y no quedándonos en los sistemas antiguos, basados en la mera transmisión de conocimientos, sino centrados en el desarrollo integral de la persona. Para ello es importante empezar a transmitir ciertos valores desde una temprana edad, como evitar el racismo o acoso escolar, implantando tareas de socialización basadas en el respeto.
Si tienes un problema a la hora de enseñar y no sabes como solucionarlo, quieres innovar en tus clases y no se te ocurre como o has desarrollado un interesante método de enseñanza en el aula y deseas compartirlo con otros profesionales, no dudes en escribir a pedagogiadehoy@gmail.com y contestaré lo antes posible. Entre todos es posible modificar los métodos didácticos.