Hoy he decidido hablar de un tema que suele preocupar bastante a los padres que tienen que viajar en sus trabajos, ya que es una conversación que habitualmente surge con los padres a los que trato. Antiguamente, era más frecuente que fuese el padre el que viajaba y la madre la que tuviese trabajos que le permitiesen estar más tiempo en el hogar o si la economía lo permitía, la que se quedase en casa para cuidar a los hijos. Con la evolución del sistema antiguo a esta era moderna, por suerte para las mujeres, esta situación ha cambiado y ya no vivimos en esta situación desfavorecedora. Con la evolución de la mujer en el mundo laboral y su posición en una sociedad igualitaria, en la cual, ocupa puestos de trabajo en los cuales es necesario viajar, ya no es la mujer la que tiene que pasar más tiempo en casa educando a los hijos. No obstante, a estas madres, le invade un sentimiento de culpa de gran tamaño, al tener que dejar a sus hijos cuando tienen que viajar. Las cuestiones que tenemos que abordar es, cómo compaginamos los viajes del trabajo con tener hijos y cómo conseguimos que nuestros hijos entiendan que tenemos que salir de viaje sin que nos hagan sentir culpables, es decir cómo les hacemos entender que papa o mama tiene que salir de viaje por trabajo.
Hoy en día es difícil encontrar trabajo y más aún si tienes que compaginar tu trabajo con tus hijos. Muchos padres se sienten culpables de no pasar el suficiente tiempo con sus hijos, tener que dejarlos con terceras personas, no poder estar con ellos día a día, etc. Esto se hace más complicado cuando tu trabajo implica salir de viaje con frecuencia y tus hijos no lo comprenden. La cuestión es, que esto es inevitable porque trabajar es necesario para poder vivir y este, es el mensaje que se debe transmitir a los hijos. Papa o mama, necesita trabajar para ganar dinero porque con el dinero se compran cosas necesarias para la vida, como la comida, la ropa, etc. Es un ejemplo, porque dependiendo sobre todo de la edad, los niños más pequeños pueden no entender porque su padre o madre se van a marchar.
El hecho de que tu hijo no se adapte a que tengas que pasar algunas noches fuera de casa, no debe preocuparte. Explícaselo, eso siempre es necesario. Pero ten en cuenta que los niños tienen una gran facilidad para adaptarse a los cambios, quizás mayor que los adultos, y pronto se acostumbrará. Eso sí, a tu vuelta, dedícale el tiempo necesario para compensar la ausencia y haz cosas con él. No es bueno intentar compensar ese vacío con regalos, ni acostumbrarles a que cuando viajes les traerás siempre un regalo. Esta bien que de vez en cuando les traigas algo, pero es mejor compensar la ausencia con compañía y afecto. Salir a pasear, jugar, ver películas juntos, salir a comer, ir al cine... Deja que participe en la elección de las actividades que vais a realizar, dale un poco de protagonismo e importancia.
A menudo los padres que pasan poco tiempo con sus hijos, caen en el error de consentirles todos los caprichos y de no regañarles por tener remordimientos. No caigas en este error, porque no le haces ningún favor y esto no compensa el tiempo perdido. El tiempo se recupera con cariño y atención, no cediendo en todo. No hay que olvidar que los padres son los que mandan en casa.
Los niños sufren al principio de todo cambio, ya sea el primer día de guardería o de colegio, por un cambio de ciudad, porque su padre o su madre tiene que salir de viaje o por cualquier otro cambio que suponga para él una situación diferente, pero lo cierto, es que pronto se adaptan a la nueva situación. Es cierto que en muchos momentos, los niños echan de menos a sus padres, pero estos no pueden estar con ellos las 24 horas y si pudiesen hacerlo no sería bueno, pues ellos también tienen que crecer, madurar y vivir sus propias experiencias.
Explícale a tu hijo que te ausentarás unos días porque es tu obligación trabajar, igual que la de él, es ir al colegio, y dile cuantos días estarás fuera y que tiempo le dedicarás cuando vuelvas, decidiendo con él, que actividades haréis juntos a tu vuelta. Todo esto debe darse con una actitud natural, transmitiendo que el tiempo que pasareis juntos será placer y nunca una obligación.
Siempre que la atención y el amor hacia tu hijo sea suficiente, el vínculo entre vosotros se verá reforzado y esto reafirmará su autoestima y confianza. Los niños necesitan saber, que aunque sus padres están lejos, las cosas no cambian. Su rutina debe ser la misma que la que tiene cuando está contigo.
Los viajes de trabajo son inevitables y el trastorno que le pueda producir a tu hijo, es menor, si se le demuestra que estás pensando en él en tu ausencia. Hoy por hoy es más sencillo, ya que todo el mundo tiene teléfonos móviles con internet y en un momento realizas una vídeo llamada, pudiendo hablar cara a cara.
En algunos casos, los niños manifiestan alegría cuando mama o papa llegan a casa de un viaje, también tienen formas de expresar su descontento por estas ausencias. Pueden expresar su disgusto de muchas maneras, intentando castigarle con algún comentario desagradable, haciendo caso omiso o prefiriendo al padre o madre que habitualmente está en casa. En este caso enfadarte o ponerte triste no es la solución, la persona que se ha quedado en casa es quien es más apropiado que tome la acción de reprenderle o manifestar la alegría de que ya esté en casa, pues llevar una familia es un trabajo de todos los componentes. El papel del cónyuge es muy importante en estos casos. Después, la persona que llego del viaje, debe mantener una conversación natural, sobre los motivos de su viaje. Demuestra que no has dejado de pensar en tus hijos, que durante el viaje te acordaste de ellos y que es necesario e inevitable.
Aunque estas conversaciones sean difíciles, enfréntate a ellas y no las evites. Es mejor tenerlas a pasar por situaciones desagradables por no haberlas tenido.
El niño puede preguntarse ¿se preocupa por mí?, ¿se ha olvidado de mí?, ¿está haciendo algo mucho más agradable lejos de mí? Es por ello que debe saber que no estas divirtiéndote y que estas trabajando, que estas cumpliendo tus obligaciones. Si el niño esta seguro del amor de sus padres y le dices a menudo que lo quieres, se sentirá más seguro y se planteará menos cuestiones.
Si tiene un evento importante en tu ausencia, no te olvides de llamarle pronto y preguntarle como le ha ido, para que sepa que aunque estés lejos, él es lo más importante para ti.
Piensa que no eres el único padre o madre del mundo que trabaja y que tiene que viajar, olvida los remordimientos porque tu hijo debe comprenderlo.
Si sueles viajar con frecuencia por motivos laborales o es tu pareja quien tiene que hacerlo, cuéntanos tu experiencia, queremos saber tus dudas o como lo afrontas, tu opinión puede ser muy útil para otros padres. Si tienes un sistema por el cuál, tus hijos aceptan mejor tus viajes de trabajo, compártelo con nosotros. Además, si quieres hacer cualquier tipo de consulta, no dudes en escribirme a pedagogiadehoy@gmail.com y te responderé lo antes posible. Compartir conocimiento nos ayuda a todos.