¿Tu hijo no acepta la idea de poder perder en los juegos o en el deporte? ¿Se lleva una gran decepción cuando no gana hasta el punto de llegar a afectar a su carácter? ¿Te gustaría saber como actuar cuando tu hijo no acepta una derrota?
La idea de escribir este nuevo post en este blog pedagógico, surgió tras recibir un email que decía lo siguiente:
Estimada Carmen,
Quisiera decirte que tanto mi marido y yo seguimos tus publicaciones porque nos parece que siempre podemos aprender de ellas en la educación de nuestros hijos, nos encanta tu blog. El motivo por el que te escribo es, que mi hijo Hugo se ha vuelto cada vez más competitivo, cada vez que pierde en algún juego o deporte se enfada muchísimo y no acepta perder. Hemos intentado decirle que no siempre se gana, pero no lo entiende. El otro día, jugando un partido de fútbol entre chicos de barrio, su equipo perdió y no solo se enfado con los compañeros de su equipo sino que estuvo triste toda la tarde y no quiso cenar. Esto ha empezado a preocuparnos mucho y quisiera saber como debemos actuar para que entienda que no pasa nada por perder y que no siempre se gana.
Saludos,
Alicia.
Querida Alicia, un gran porcentaje de niños y adolescentes pasan por una etapa en la que les cuesta aceptar la derrota, incluso algunos llegan a ser adultos teniendo mal perder... Pero si esto afecta a su comportamiento con sus amigos y con la familia, es necesario trabajar con el este problema. No te preocupes, tu hijo solamente necesita aprender a perder y tu le puedes enseñar.
Cuando los niños descubren la competitividad, suele ocurrir que se enfadan o lloran si no ganan. Esto se debe a que les duele que otro niño sea mejor que ellos y si el otro niño es más pequeño la situación empeora. En estos casos, viven el hecho de perder como un fracaso y no como algo natural. Para evitar esto, te voy a dar una serie de consejos.
Principalmente, dale un buen ejemplo. Siempre hablo de que los hijos aprender por imitación y sobre todo de los padres. No tengas conductas que no quieras que se repitan en él. Si estás trabajando con el que debe aceptar la derrota, no te enfades por perder delante de él o porque pierda tu equipo de fútbol. No reproduzcas situaciones que le hagan pensar que su actitud está justificada.
Asegúrate de que tu hijo comprende las normas del juego. A menudo los niños no entienden bien el juego y esto hace que se desesperen o se pongan nerviosos, perdiendo y no entendiendo por qué han perdido. Si se lo explicamos bien, esto no debe ocurrir.
Organiza un juego divertido en familia. Insiste todo el tiempo en la importancia que tiene lo bien que lo estáis pasando y que da igual quien gane porque lo importante es divertirse juntos. Haz hincapié en que lo importante de esta actividad no es quién gana, sino pasar un rato juntos y divertirse.
No sobrevalores su derrota ni su victoria, porque entonces siempre buscará llamar tu atención. Si pierde echará de menos la reacción positiva que muestras cuando gana y si pierde se sentirá más frustrado aún. Lo importante es cuando gane alabarlo pero sin exceso y si pierde pues decir que no pasa nada, pero sin llegar a exagerar en ninguno de los dos casos. Debe entender así, que es lógico que unas veces se gane y otras se pierda.
Explícale con palabras adecuadas a su edad, que perder o equivocarse no es un fracaso, que hay que seguir intentándolo, ser positivo y no enfadarse ni llorar, porque no pasa nada, que tendrá más oportunidades y que lo importante es intentarlo y no dejar de pasarlo bien. Menciona que de los errores se debe aprender, que analice en que se ha equivocado para intentar hacerlo mejor la próxima vez. No tiene que entenderlo a la primera, puede entenderlo poco a poco, pero es fundamental que lo haga para su bienestar emocional.
Aunque le cueste tiempo entender que no siempre se gana, no permitáis que deje de jugar con otros niños o con vosotros, por miedo a que se repita la actitud. Si se repite será la ocasión perfecta para volver a hablar del tema. Es fundamental para que se acepte así mismo como es y tenga estímulos para aprender a superarse así mismo, dos procesos básicos para la maduración.
Hasta que tu hijo logre aprender a aceptar las derrotas, lo importante es no desesperarse y ser pacientes. Anímale a expresar lo que siente y que no se cierre en sí mismo, esto te aportará más información, a la hora de argumentarle los motivos por los que debe saber perder. pero no le consintáis en ningún momento una conducta agresiva o que el juego termine por este motivo. Para ello, es importante decir siempre lo importante que es divertirse durante el juego gane quien gane. No dejéis de valorar su esfuerzo para que se sienta motivado pero no no lo valoréis en exceso para que no se sienta mal si pierde.
En el momento que veas que tu hijo cambia su actitud y comienza a aceptar las perdidas, elogialé y dile que te sientes orgullosa por su actitud madura y responsable.
Si has tenido problemas con tus hijos para enseñarles a aprender a perder o de cualquier otro tipo, si quieres contar una experiencia que has tenido parecida o la manera en la que solucionaste el problema, no dudes en escribir a pedagogiadehoy@gmail.com y te contestaré lo antes posible. Un saludo y gracias por seguirme.